Perspecplegia

Al volver de una junta de Pool con unos amigos (juntas "mafiosas" como llama una muy querida amiga a mis sesiones pooleras) me dispuse a ver televisión, era poco antes de la medianoche y encendí el tele con la impresión de que no habría nada nuevo, los mismos programas de animales que no funcionan si no les pones una minita sin ropa, el mismo programa de cine que tvn nos muestra desde hace 10 años y que se fija siempre en las cosas que la gente no esta ni ahí en saber. Una leve incursión en los canales chicos como la red, Chilevision e inclusive el canal 2 me hacen sentir miserable por no tener cable, y el trece que es el mismo canal reno de Reality shows y programas antiguos remasterizados..... antes de hacer caso omiso a toda programación y buscar entre mis dvd musicales para poder conciliar el sueño encontré uno de los mejores programas que he visto en el ultimo tiempo.

Fue en canal 13 donde encontré la diversidad, la propuesta diferente a los habituales malos programas a los que nos acostumbran para idiotizar un poco nuestra idiotizante creencia de que los programas de conversación la están llevando o que ver a un grupo de ineptos matarse por un premio suculento a costa de pasar hambre, frío y portadas de Lun es la moda e incluso ver a humoristas sin gracia y vedettes sin ropa es una salida a las noches.... este nuevo programa, de reportaje directo y excelente temática se llama Perspecplegia y narra las vivencias (reales por supuesto) de un muchacho discapacitado. Sencillamente novedoso y compulsivamente atrayente para cualquiera.

Me instalé acurrucado en mi cama dejando a mi lado la acostumbrada Coca cola nocturna, mi control remoto para evitar cualquier esfuerzo físico de ese minuto y puse atención. No recuerdo el nombre del muchacho que protagoniza el reportaje pero muestra su vida en la silla de ruedas que le ayuda a desplazarse actualmente, no fue siempre así, ya que antes podía caminar de forma normal y el destino codicioso lo hace ahora ver todo de una perspectiva diferente. Una cámara lo seguía por doquier, como un ojo indagador mostraba su vida actual y en fotos la anterior, su familia, su casa y sus nuevos “camaradas de ruedas” otras personas que llevaban tiempo con la silla y que enseñaban las practicas muchas de ellas casi “artísticas” para poder llevar una vida normal.
Poder bañarse, desvestirse, recorrer aquella casa que nos ha cobijado por toda nuestra vida puede llegar a ser una verdadera guerra contra uno mismo a la hora de ver que todo ha cambiado. Que nada se ve igual.
Este programa me hizo darme cuenta de cuan afortunados somos los que aun podemos ser igual que siempre, nosotros que vemos todos estos problemas lejanamente, que solo nos sentamos en una silla de ruedas para salir de un hospital o clínica, o de pronto por simple juego, pero me hizo ver también cuan Discapacitados somos en torno a comprender a aquellos que no son iguales en condiciones, pero que son personas iguales a todos. Nuestras calles no están hechas para personas que se desplazan en estos “transportes metálicos” que deben lidiar con una ciudad hecha para caminar de pie y no de otra forma, somos ciegos para ver que existen personas con discapacidad visual y que aunque no pueden mirar si pueden ver cuan obstruidos están nuestros ojos para ellos. Personas que no pueden oír pero que a nosotros no nos importan y los dejamos en su mundo silencioso alejados de nuestro sonoro Apocalipsis humano, porque somos iguales y quizás nosotros seamos los incapacitados, no ellos.
Acaso este país de jaguares, de gas importado, de automóviles caros, de universitarios, de barrios rojos, de gobernantes y leyes que otros países imitan no es capaz de ver a su gente desde los distintos puntos de vista, ver que nuestras calles no están adecuadas, que nuestro metro (orgullo de la ciudad) no tiene en todas las estaciones accesos habilitados para discapacitados, nuestros restaurantes, hospitales, autos, parques, y muchas otras cosas como nuestras propias mentes.
Dios ojalá nunca quiera que vivamos una experiencia como la de ese joven que vi. en televisión a la medianoche, pero lo que sí ojalá pueda darnos la capacidad de dejar de ser discapacitados como sociedad y comprendamos que somos iguales en derechos y en condiciones de vida.... Si ustedes pasaran una hora en silla de ruedas podrán experimentar la sensación, claro que otros multiplican esa hora por toda una vida.

Que nuestras mentes y corazones puedan ver, oír o caminar para estar ahí cuando aquellos que no pueden hacer estas cosas lo necesiten.